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lunes, 16 de abril de 2007

■ Subir al balcón

Como microempresario , prestador de servicios a grandes y pequeñas empresas públicas y privadas, y que por distintos motivos me siento participe de situaciones injustas, es que quisiera compartir una publicación aparecida este domingo 15 de abril de 2007 en el diario local publicado por el Doctor Emilio Rodriguez Ponce y que dice:

"Cuantas veces nos sentimos menoscabados por una situación injusta. Cuantas veces nos sentimos apremiados, angustiados o incluso desesperados por decisiones, situaciones, hechos o palabras que nos afectan. En muchas ocasiones nuestro primer impulso es responder con ira, con fuerza, expresar nuestros derechos, poner las cosas en su lugar, en definitiva romper con la injusticia.

Que duro es verse atropellado por la ignorancia, la arrogancia, soberbia de terceros, que nos daña y mina, sin argumentos ni razones, sólo por el imperio de la autoridad o de una posición transitoria. Que debemos hacer. Que hacer.
Reaccionar con fuerza no suele ser lo mejor. Lo primero es tratar de salir de la situación. La idea es subir al balcón imaginario de nuestra mente y espíritu. Se trata de tener tiempo y espacio para mirar en perspectiva, para identificar los determinantes de la situación, las razones, proceso e implicancias del estado actual y los efectos o consecuencias de nuestras eventuales respuestas.
Salirse de la situación, mirar desde arriba, con perspectiva global, nos ayuda a madurar el hecho que nos aflige, nos ayuda a asimilarlo como parte de la realidad no deseada, nos ayuda a romper con los impulsos de primeras reacciones, de las cuales podemos arrepentirnos, porque no representan nuestra conducta ni nuestra forma de ser y hacer la vida.
Subir al balcón es tomar distancia, es buscar una mirada más profunda y más amplia a la vez. Subir al balcón no significa ceder, no significa tolerar atropellos, ni implica dejarse vulnerar. Al subir al balcón ponemos pausa, paz, racionalidad y la fuerza de la convicción interna a nuestro accionar.
No responder una agresión o una injusticia de buenas a primeras suele dar el tiempo necesario para un mejor pensar y, desde luego, para un mejor actuar. Además, muchas veces las cosas caen por su propio peso.
Subir al balcón vale para los problemas profesionales o del mundo del trabajo. Pero también puede ayudar en situaciones personales de crisis o angustia. Tener la posibilidad de vislumbrar la esencia de las cosas puede ser determinante para resolver los problemas o enfrentarlos de la mejor forma que resulte posible.
Conocer nuestras limitaciones puede ayudarnos mucho. Tenemos fortalezas y debilidades. Todos vivimos situaciones no deseadas, lo importante es hacerles frente con principios, con valores, con convicción y consistencia interna."